El coste de un vehículo es bastante elevado, por lo que todo conductor se preocupa por su seguridad. Los inmovilizadores proporcionan un buen nivel de seguridad. Un inmovilizador es un dispositivo electrónico sofisticado y, por lo tanto, requiere mucho trabajo para repararlo. Para evitar una avería, debe conocer las principales averías posibles de este aparato y sus señales.
Fallos comunes
Por supuesto, cualquier avería puede ser identificada por signos específicos. Si observa que el motor de arranque no responde al giro de la llave o que se ha puesto en marcha pero el motor no está en marcha, puede ser un motivo para ponerse en contacto con un centro de servicio del automóvil. Una luz en el salpicadero puede indicar una avería. Suele señalar cualquier problema. El inmovilizador puede resultar dañado si el vehículo no responde cuando se pulsa un botón del mando a distancia. Siempre y cuando, por supuesto, las células del mando a distancia no estén descargadas. Todas estas señales no deben ser ignoradas, de lo contrario su coche podría estar en peligro.
En general, los fallos se dividen en dos tipos. Pueden ser de hardware. En este caso, el cableado o los microchips pueden dejar de funcionar. A continuación, debe ponerse en contacto con los especialistas para concertar un diagnóstico. También puede haber problemas con la parte del software. Si el software del inmovilizador, la unidad de control electrónico del motor o el software del chip de la llave no funcionan correctamente, basta con reinstalar los programas. En este caso, es mejor buscar asesoramiento profesional.
Independientemente del dispositivo que se instale en el coche, es importante entender que un inmovilizador se compone de muchas partes. Si una de estas partes falla, las demás también dejarán de funcionar. Un contacto eléctrico insuficiente, un fallo del controlador o de la llave magnética son problemas comunes que deben dejarse en manos de profesionales. Ponerse en contacto con profesionales experimentados le ahorrará tiempo y dinero.